"Perdidos. Un lugar para encontrar" abre en portada la revista cultural Artes y Letras del Heraldo de Aragón.
Las visiones de Demian Ortiz, por Iñigo Linaje para el Heraldo de Aragón, sobre el fotolibro de retrato Perdidos. Un lugar para encontrar
«Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar una excelente exposición de fotografía en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza. La muestra, que hermanaba la materialidad de las imágenes con la literatura, recogía una selección de instantáneas del argentino Daniel Mordzinski (Buenos Aires, 1960), un fotógrafo especializado en retratar a escritores de todo el mundo.
Una de las virtudes que más me llamaron la atención del artista es su habilidad para poner de relieve un rasgo físico particular del retratado: una expresión insólita en un rostro o detalles imperceptibles como la disposición de unas piernas o unas manos. La naturalidad de los semblantes de los personajes, unida a la espontaneidad del contenido, conferían una exquisita veracidad al material expuesto algo que se antoja indispensable en este arte.
Todos sabemos que la magia de una imagen radica en el mensaje que expresa, y éste, a su vez, en la manera que tiene el creador de percibir la realidad e interpretarla. Siempre se ha dicho que la fotografía es el arte de lo inmediato, del instante efímero inmortalizado en el tiempo. Igual que el poeta oriental trata de atrapar en unas pocas sílabas una sensación puntual o un fenómeno de la naturaleza, el trabajo del fotógrafo consiste en captar el misterio del momento.
El carácter atemporal del blanco y negro, con su austeridad expresiva y su clasicismo formal, es el formato que mejor determina la intimidad en un retrato, precisamente por que simplifica la composición u genera contrastes que hacen que el espectador centre su atención en un todo y no se distraiga, al contrario que sucede en la fotografía en color.
Confeso admirador de Cartier-Bresson, Irving Penn o Richard Avedon, Demian Ortiz,-madrileño del 81 especializado en fotografía documental- ha reunido en el libro «Perdidos. Un lugar para encontrar» (Olifante) más de un centenar de instantáneas de otros tantos escritores de este país, entre ellos Ángel Guinda como se ve.
En muchas de ellas se adivina la influencia de un hombre que ha hecho del blanco y negro su seña de identidad profesional: Alberto García-Alix. Al igual que éste, Ortiz demuestra en su panorámica una querencia natural por lo marginal, por lo que se sale o está al margen de la cultura establecida. Por eso el libro, cual serie de fotogramas de una película «underground«, muestra un amplio catálogo de rostros adustos, severos, nunca complacientes.
Extremadamente hábil en la composición y el encuadre, Demian Ortiz borra la distancia entre el objetivo y la cámara resaltando siempre la proximidad física del protagonista. La mayoría de sus fotografías constituyen disparos certeros y efectivos, aunque algunos de los escritores retratados tienen conciencia clara de estar posando y eso estropea a veces la intencionalidad del artistas.
Extremadamente hábil en la composición y el encuadre, Demian Ortiz borra la distancia entre el objetivo y la cámara resaltando siempre la proximidad física del protagonista. La mayoría de sus fotografías constituyen disparos certeros y efectivos, aunque algunos de los escritores retratados tienen conciencia clara de estar posando y eso estropea a veces la intencionalidad del artistas. Sin embargo, hay un buen número de estampas sobresalientes como, por ejemplo, la de Alberto García-Teresa en el departamento de un tren al lado de un ventanal borrado por la lluvia.
O la de Isabel García Mellado mirando de soslayo la cámara con un cigarrillo entre los dedos. Otras se sirven de detalles publicitarios o de consignas libertarias para llamar la atención, y entonces el escritor es un mero actor secundario que se queda en un segundo plano. «Perdidos» es un testimonio gráfico que aúna dos disciplinas gemelas: fotografía y literatura. Y buenas dosis de magia.»
En Portada
Dice el joven fotógrafo Demian Ortiz que ocupa la portada de Artes y Letras: «Con frecuencia me han comentado que `Perdidos. Un lugar para encontrar´ (Olifante, 2018) guarda alguna similitud con el trabajo de García Alix, pero aunque en algún momento de mi adolescencia me pudo influir, lo cierto es que los retratos han sido elaborados únicamente a partir del estudio y de lo que me sugería la lectura de los propios autores fotografiados, nunca de referencias visuales externas».